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viernes, 13 de noviembre de 2015

Cuando Perón hablaba a través de Descartes

Cuando Juan Domingo Perón quería decir lo que pensaba sin que la gente supiera que quien hablaba (en realidad) era él, se hacía llamar Descartes y publicaba sus artículos en el periódico oficialista "Democracia" (sí, "Democracia").
Así las cosas, este libro publicado en 1951 bajo el título de "30 artículos de Descartes - Política y Estrategia (no ataco, critico)" es fundamental para leer al "verdadero" Perón.
No faltan -en sus páginas- duras críticas al mundo capitalista de los norteamericanos y una inocultable animosidad contra los británicos, sin embargo, lo que más a menudo salta a la vista es su intratable oposición al comunismo.
Si alguna vez a alguien se le ocurrió la bendita idea de pensar que el hombre iba hacia las ideas de izquierda, tal vez leyendo este libro cambie de opinión el grueso de la tropa de los soldados (actuales) de Perón...



A continuación, la transcripción completa del primer artículo de Descartes:

"Tienen el mundo en sus manos y no saben qué hacer con él?
William Bradford Huie, director de la revista "The American Mercury", afirma que "el presidente Truman, Mac Arthur, Acheson y el Secretario de Defensa, George Marshall, han dado a este país la más triste dirección militar de su historia". Acusa a Marshall y a Mac Arthur de haber instado al señor Roosevelt a hacer a Rusia las mismas concesiones que Hiss (Alger Hiss, acusado ante la justicia norteamericana de servir a los rusos) y otros traidores del Departamento de Estado le urgían que hiciera.
Dos acusaciones que demuestran el estado actual de la dirección de la política y la guerra en Estados Unidos. Los países, como los pescados, comienzan a descomponerse por la cabeza.
La incapacidad y la traición han sido siempre las causas de las derrotas. Bastaría echar una mirada a la historia militar de todos los tiempos. La guerra es una materia difícil y su experiencia "en carne propia" es muy cara y llega tarde.
En la guerra no se aseguran los éxitos con una propaganda costosa, hecha a base de mentiras, de difamaciones y de caluminas. Son necesarios aciertos que sólo se acumulan a base de sabiduría y de prudencia.
¿Podemos decir que esas condiciones concurren en los personajes mencionados por Bradford Huie en su artículo?; ¿indican los acontecimientos de Extremo Oriente que algo de esas condiciones se puede encontrar en la dirección de la guerra y en la conducción de las operaciones? Evidentemente, las circunstancias y los hechos dan la razón a Bradford Huie.
China ha pasado a ser el "eje de Asia" después de la caída de Japón. Cuando Estados Unidos abandonó a su suerte a Chiang-Kai-shek, renunció a Asia y con ello entregó a China a los comunistas. Era de esperar que con ello entregaba también y sucesivamente a Indochina, Indonesia y tal vez Australia. Los que entienden algo de estas cosas supieron que ello lo haría Estados Unidos para dedicarse sólo a Europa y tener así, por lo menos, superioridad en un frente, sacrificando territorio en beneficio de la concentración de esfuerzos y evitando la dispersión de los mismos hacia teatros de guerra secundarios y remotos.
En ello los rusos vieron su posibilidad de lanzarse a la conquista de Corea como primer objetivo, pero tuvieron la prudencia de hacerlo con coreanos. La sorpresa ha de haber sido grande cuando conocieron que los americanos del Norte que abandonaron a China se decidían a defender a Corea. Se nos imagina este hecho como una persona que presencia impasible que a otra se le corte la cabeza y luego reacciona, se enoja y hasta pelea porque después de la decapitación se pretende cortarle el dedo meñique al cadáver.
De estas incongruencias políticas y militares está empedrado el camino que conduce al desastre en todos los hechos de la historia".


Descartes
Enero 24 de 1951.



Este primer artículo fue escrito por Descartes (Perón) en pleno desarrollo de la Guerra de Corea, librada entre 1950 y 1953 enfrentando a Corea del Sur, apoyada por los Estados Unidos y la Organización de las Naciones Unidas, contra Corea del Norte, apoyada por la República Popular China, con ayuda de la Unión Soviética. De sus palabras, advertimos que Descartes se mostraba contrariado por el avance comunista en Asia, posiblemente apañado por determinadas políticas norteamericanas para terminar de darle formas a un concreto y muy definido enemigo. Así, Descartes, advertía a quien quisera entenderlo sobre el peligro del avance bolchevique que -según sostenía- luego se daría a escala mundial.

Marcelo D. García
Historias Lado B

domingo, 19 de agosto de 2012

La masacre de Tiananmen: Cuando las potencias occidentales priorizaron los negocios a los reclamos de libertad y democracia


La historia del mundo está plagada de episodios en los que sistemáticamente se nos dice algo, mientras que en realidad se nos dice otra cosa. Ahí es donde aparecen esas historias lado B que desnudan de la manera más cruel y (a veces) inesperada lo que los líderes mundiales desean en realidad. Del siglo XX, muchas han sido las imágenes que nos han quedado en la retina y en la memoria como verdaderos mojones de la historia. Son muchos aquellos instantes y hechos que dieron la sensación de detener el tiempo y conservarse para siempre de un modo impactante.
Dentro de esos hechos históricos ocupa un lugar preponderante lo sucedido en China entre el 15 de abril y el 4 de junio de 1989. No son pocos quienes aún recordamos con estremecimiento aquella imagen de un joven estudiante parado ante el paso de un tanque de guerra en la Plaza de Tiananmen. Casi como un auténtico ícono de aquellos tiempos, esa imagen resulta a esta altura, sencillamente imborrable para toda la eternidad. Pero... ¿qué sucedió realmente por aquellos días en China? ¿cuál es la verdad tras los sangrientos sucesos acaecidos en la gigantesca Plaza de Tiananmen? y finalmente... algo que resultará vital a la hora de saber la verdad y tratar de entender lo sucedido realmente: ¿Cuál ha sido el discurso oficial de las grandes potencias occidentales ante tan significativo hecho y qué es lo que han hecho en realidad?

Para comenzar será bueno recordar que los lamentables hechos sucedidos en la Plaza de Tiananmen, en Pekín, también son conocidos como la "masacre" de Tiananmen y esa descripción, es ya en sí misma, una pintura muy acabada de lo sucedido.
Los chinos ya habían tenido demasiado por aquel entonces. Cada discurso de Mao (muerto hacía rato...) aún resonaba en los oídos de todos y cada uno de los maltratados chinos. Las palabras del "liberador" de la milenaria China desde los años '50 resultaba muy "romántico" pero las contradicciones del discurso oficial comunista de China se hacían evidentes a la hora de darle bienestar a los por entonces más de 1.000 millones de chinos. Las protestas no eran lo habitual en una China dictatorial y dura hasta límites inimaginables, pero ya habían tenido algunos intentos de reclamos, los cuales fueron rápidamente sofocados y no precisamente utilizando "la palabra" para disuadir a los manifestantes. Pero lo de la Plaza de Tiananmen fue demasiado lejos.



Los estudiantes comenzaron a organizarse primero tibiamente, a escondidas, como podían y luego la protesta se exteriorizó hasta llegar a Tiananmen y "copar la parada" en ese lugar "sagrado" para el régimen comunista chino, con su capacidad para 1 millón de manifestantes. Claro que esos "manifestantes" eran aceptados siempre y cuando apoyaran al régimen imperante... caso que no era precisamente el de los estudiantes... Y no sólo los estudiantes protestaron y se manifestaron. Los trabajadores comunes también se unieron a la causa, sosteniendo que las "reformas económicas" había ido demasiado lejos y que el hambre, la miseria generalizada, la tremenda corrupción oficial y (no menos importante) la falta de libertades y la represión resultaban un combo inaceptable. Los pedidos de democracia comenzaron a hacerse escuchar y en eso han jugado un papel totalmente desencadenante las grandes potencias "democráticas" occidentales...



Desde hacía mucho tiempo las autoridades chinas venían siguiendo y monitoreando al movimiento estudiantil que planificaba las protestas y los reclamos. Pero no eran los únicos que observaban a los manifestantes... Desde el otro lado del mundo, en los Estados Unidos, George Bush (padre) estaba siendo elegido como nuevo presidente de su país y miraba con particular devoción lo que sucedía en China. Bush ya había estado en China en los '70 como funcionario y, como todo hombre de poder en Estados Unidos, tenía además intereses económicos en el gigante asiático. Es más: Estados Unidos todo tenía enormes intereses económicos en China, país con el que habían comenzado a entablar muchísimas transacciones comerciales muchas veces millonarias desde hacía rato. A los ingleses les sucedía lo mismo y a otras potencias, igual. Los lazos comerciales y la férrea relación comercial de China con todas esas potencias occidentales y "democráticas" hacía que los reclamos de libertad y democracia pasaran, definitivamente, a segundo o tercer plano dentro de las prioridades. El dilema de las potencias occidentales en realidad no era tal: ¿las protestas estudiantiles de la Plaza de Tiananmen podrían poner en peligro la continuidad de un régimen dictatorial y opresor y con eso la continuidad al mismo tiempo de todas y cada una de las transacciones comerciales millonarias de las que se beneficiaban esos países? La respuesta no se hizo esperar: George Bush se encargó de avisarles a sus agentes de la CIA y a todos quienes tuvieran algo que ver, que las protestas de los estudiantes en la Plaza de Tiananmen no deberían llegar a buen puerto... por lo tanto, los estudiantes pasaron a estar absolutamente solos en el mundo y su reclamo totalmente entendible y más que justificado pasó a ser "un grano en el trasero" de las potencias ocidentales. El gobierno chino recibió muy clarito el mensaje: vía libre para actuar de acuerdo a su criterio y necesidades. Una tibia división se insinuó en el Politburó chino por entonces, tras la cual todo decantó hacia lo previsible: la feroz represión oficial china ante la "vista gorda" de Estados Unidos, Gran Bretaña y sus socios europeos con grandes lazos comerciales con China.



Luego, lo previsible: se decretó la Ley Marcial el 20 de mayo de 1989 y el 3 de junio se enviaron las tropas destinadas a la sangrienta represión. El número de muertos varía  según la fuente. La CIA norteamericana habló vagamente de entre 400 y 800 estudiantes  fallecidos, mientras que los más confiables de la Cruz Roja China dieron cuenta de 2.600 muertos. Tras los hechos, el gobierno se encargó de encarcelar a miles de estudiantes (la idea era no sólo matarlos, sino también asustarlos y la cárcel era un buen medio para hacerlo y "aleccionar" a los demás...) y también expulsó a toda la prensa extranjera.
Pero... ¿y las potencias "democráticas" occidentales de Estados Unidos y Europa? muy simple... lo "políticamente correcto" fue esgrimir algunas condenas desde la formalidad, pero por lo bajo disfrutaron por la continuidad de un régimen que si bien estaba en las antípodas ideológicas, era su nuevo gran socio comercial...

Hoy, a tanto tiempo de aquella sangrienta represión bajo la mirada cómplice de Estados Unidos y sus socios, se mantiene un embargo sobre la compra de armas sobre China, una medida decididamente enmarcada en "el qué dirán..." y como para hacer de cuenta que las naciones democráticas se sintieron afectadas ante tan flagrante ofensa a las libertades individuales chinas...
Después de todo, más vale priorizar la provisión adecuada de microcomponentes, equipos electrónicos y muñequitos de Disney producidos por mano de obra barata antes que salvar la vida de más de 1.000 millones de chinos rehenes...