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sábado, 4 de junio de 2016

La estancia nazi de los Rocha Miranda en Brasil

Un grupo de niños en un curioso campo de trabajo del monte brasileño. Paredes con Cruces Esvásticas labradas en los ladrillos y banderas adornadas con símbolos del III Reich alemán. 
Esta es la historia de la estancia nazi de los Rocha Miranda en Brasil.


Ladrillo con Cruz Esvástica en la estancia nazi de los Rocha Miranda en Brasil.


A finales de los años '30 José Ricardo Rosa Maciel era un jovencito que trabajaba en la "Estancia Santa Albertina", un enorme establecimiento rural enclavado en plena campiña de Cruzeiro do Sul, a unos 235 kilómetros al sudoeste de la ciudad brasileña de San Pablo.
Las tareas del campo y el cuidado de los animales a los que se dedicaba no daban la más mínima posibilidad de pensar en un quiebre de la almidonada rutina diaria, sin embargo "un día los cerdos rompieron una pared y cuando miré entre los ladrillos caídos pensé que estaba alucinando".
Aún sin poder creerlo, Rosa Maciel advirtío que cada ladrillo de ese muro estaba grabado con una Cruz Esvástica de cada lado.

Ladrillo con Cruz Esvástica y una vieja fotografía aérea de la estancia nazi .


Pasaron muchos años antes de que Maciel pudiera sacarse la duda y comprender que -efectivamente- no se trataba de una alucinación.
Gracias a las investigaciones del profesor de historia Sidney Aguilar Filho, supo finalmente que detrás de la aparición de Esvásticas en la granja existían en realidad estrechos lazos de sus propietarios con los fascistas brasileños y-por supuesto- con el Partido Nazi encabezado por Adolf Hitler en Alemania.

José Ricardo Rosa Maciel.


El profesor Filho estableció que el rancho había sido propiedad de Renato Rocha Miranda, cabeza de una familia de importantes e influyentes empresarios industriales de la ciudad de Río de Janeiro.
Él y sus hijos, Otavio y Osvaldo, eran además miembros de "Acao Integralista Brasileira", una organización política de extrema derecha que claramente simpatizaba con la causa de los nazis.
De hecho, la familia utilizaba la granja como centro de reuniones partidistas a las que asistían miles de simpatizantes.

Los Rocha Miranda en su feudo nazi.
Reunión de nazis brasileños en Santa Rita do Sapucay, en Brasil.


Fue también gracias a las posteriores investigaciones de Sidney Aguilar Filho, que quienes allí habían pasado tantos años supieron que en realidad habían sido parte de un siniestro plan que incluyó a niños abandonados e indígeneas que estarían obligados a cumplir tareas en un campo de trabajo.
"Encontré la historia de 50 niños, de alrededor de 10 años de edad, que fueron recogidos de un orfanato de Río de Janeiro. Llegaron en tres oleadas, la primera de 10 llegó en 1933", dijo Aguilar Filho, mientras que otro joven llamado Osvaldo Rocha Miranda solicitó por su parte -y obtuvo- la autorización para ser el guardián legal de esos huérfanos "rescatados" de diferentes centros de atención y salud.
"El (por el dueño de la Estancia) mandó a su chófer por nosotros, quien nos dejó en una esquina", recuerdó en declaraciones ante la prensa brasileña Aloysio da Silva, de más de 90 años ya, uno de los primeros huérfanos reclutado para trabajar en la granja, quien luego agregó que "Osvaldo (Rocha Miranda) apuntaba con un bastón… 'Trae a ese para acá, a ese también', decía. Y de 20 niños seleccionó a 10". (...) "Nos prometió hasta la Luna. Nos dijo que jugaríamos al fútbol, que iríamos a montar a caballo. Pero era todo un engaño. Repartieron un azadón para cada uno y nos pusieron a limpiar el terreno", continuó el anciano.
Las simpatías nazis de los Rocha Miranda -entre tanto- no sólo se limitaban a los ladrillos sino que también quedaban expuestas a la vista de todos cuando llevaban orgullosos los ejemplares vobinos y los cebúes que criaban a las más importantes exposiciones nacionales, marcados en su costado con una Cruz Esvástica a hierro y fuego.

Cruz Esvástica en el ganado de los Rocha Miranda.


Obligados a hacer el saludo Nazi de manera forzada y obligatoria, los niños eran habitualmente azotados con una palmatoria, que era una paleta de madera con huecos especialmente diseñada para reducir la resistencia al viento y causar más dolor (algo similar a las paletas de Paddle actuales).
Entre tanto, la vejación se completaba cuano a los niños no se los llamaba por su propio nombre sino simplemente por números. El de da Silva -de hecho- era el 23, mientras que varios perros guardianes se encargaban de mantenerlos a raya.
"Dijeron que jugaríamos al fútbol, que iríamos a montar a caballo. Todo un engaño. Repartieron una azada y nos pusieron a limpiar la tierra de raíces" (...) "Uno de los perros se llamaba Veneno, el macho. La hembra era Confianza", dijo alguna vez da Silva, quien continuó su relato asegurando que "Tenían fotografías de Hitler y estábamos obligados a saludar cuando pasábamos. Yo no entendía nada".

El "forzado" equipo de fútbol de los Rocha Miranda y la bandera con la Esvástica.
Aloysio da Silva, el niño número 23.


En medio de ese infierno indescriptible, el único momento de respiro para los huérfanos se daba cuando jugaban partidos de fútbol contra equipos de granjeros locales.
Lo curioso, sin embargo, es que -tal como ha recordado José Ricardo Rosa Maciel- el equipo de la estancia salía a jugar encabezado por una bandera de lo más peculair: una enseña que combinaba estrellas como en la bandera brasileña rodeando a una enorme Cruz Esvástica.

La bandera de Brasil junto a la de la estancia con la Esvástica y hoja con membrete del establecimiento rural.


El fútbol era una pieza clave de la ideología de la "Acao Integralista Brasileira" para fomentar trabajo en equipo, órden y disciplina, incluso en el estadio del Vasco de Gama se llevaban a cabo multitudinarios desfiles militares. Esos partidos -dicho sea de paso- también eran utilizados con fines propagandísticos por el gobierno del entonces presidente de facto Getulio Vargas.
"Pegábamos unas patadas al balón durante un rato y luego evolucionó", recuerda Argemiro dos Santos, otro de los niños (hoy un hombre muy mayor) que trabajaban en el lugar. 
"Luego comenzamos un campeonato. Éramos buenos al fútbol, eso no era un problema".
Pero, tras varios años de encierro forzado y sufrimento, Santos sintió  que ya había tendido suficiente.
"Había una puerta que dejé abierta. Esa noche me escapé por ahí y nadie me vio".

Argemiro dos Santos, su emdalla de la Segunda Guerra Mundial y la estancia en épocas actuales.


Santos logró sobrevivir al drama y la tragedia y cuando finalmente pudo regresar a Río de Janeiro ya tenía 14 años. Durmió a la intemperie y -entre otras cosas- trabajó como vendedor de periódicos. En 1942, cuando Brasil le declaró la guerra a la Alemania Nazi de Hitler, se enroló decidido en la armada como grumete, sirviendo mesas y limpiando lo que fuera necesario.
Había pasado de trabajar para los nazis a luchar contra ellos.
"Solo estaba cumpliendo con lo que Brasil necesitaba hacer", dice Santos. "No podía albergar odio por Hitler porque no sabía quién era".
Santos -como tantos de sus viejos niños compañeros- aseguró con el paso de los años que los recuerdos de la granja son imposibles de olvidar. Motivos no le faltaban. "Cualquiera que te cuente que su vida ha sido todo felicidad miente. Todos tenemos algún mal recuerdo a lo largo de nuestros días".



Marcelo D. García
Historias Lado B

domingo, 20 de diciembre de 2015

El "Titanic del aire" que cayó en Rocha trasladaba "oro nazi"

Compartimos en "Historias Lado B" un muy interesante artículo de "El País" de Uruguay en donde -una vez más- se demuestra que las huellas de la Alemania nazi en Uruguay no se agotan en la batalla del Graf Spee o la boda de Josef Mengele en Nueva Helvecia.

Momentos en que "Lionel de Marmier" se preparaba para partir hacia Montevideo.  (Foto: Archivo)


El siniestro aéreo de la pasada semana (El artículo original hace referencia a Marzo de 2015) en Laguna del Sauce (Uruguay) evocó otro accidente ocurrido hace 70 años en la Laguna de Rocha. Allí, el hidroavión francés "Lionel de Marmier" debió hacer un amerizaje de emergencia, el 31 de octubre de 1945, tras la pérdida de uno de sus seis motores.
El imponente hidroavión, conocido en la época como el "Titanic del aire", trasladaba de incógnito, entre una delegación de diplomáticos aliados, a ex funcionarios nazis y lingotes de oro con destino a los lagos del sur de Argentina, reveló a El País el hijo de uno de los rescatistas, José Aldunate.

El padre de Aldunate administraba una estancia ubicada en las cercanías de la Laguna de Rocha. Luego que acuatizó el hidroavión, ayudó a llevar a tierra a algunos de los 46 pasajeros que iban a bordo. Como hablaba fluidamente francés, enseguida entabló amistad con el comandante del vuelo, André Chatel, según contó su hijo.
Chatel le entregó al administrador de la estancia, como obsequio por su ayuda, un elemento de última tecnología que llevaba el hidroavión, y que Aldunate conservó durante décadas en un cofre-fort. Su padre se lo legó en 1974, diciéndole que era "un secreto de Estado".

El vuelo del hidroavión "Lionel de Marmier" fue un acontecimiento en la época, y su accidente en Rocha motivó crónicas internacionales. A bordo, entre los pasajeros, figuraban diplomáticos, intelectuales y cineastas, entre otros. Uno de ellos era el poeta y diplomático brasileño Vinicius de Moraes (de 32 años entonces). También viajaban el ministro adjunto de Uruguay en Washington, Ramón Píriz Coelho, su esposa boliviana Ballón de Píriz, y el hijo de ambos, Ramiro, de 10 años (el único niño a bordo), quien décadas después, fue embajador en Egipto.
Una crónica del experto aeronáutico Juan Maruri, publicada en la página web de Historia y Arqueología Marítima, reseña que el 23 de octubre de 1945, de noche, el hidroavión despegó de Biscarosse (Francia) e hizo escala en Mauritania. Al día siguiente partió hacia Río de Janeiro, donde arribó sin incidentes el 25 de octubre. En la entonces capital brasileña subieron varios pasajeros. También se unió un grupo de periodistas que iba a filmar el vuelo. La investigación de Maruri documenta que el "Lionel de Marmier" —así llamado en honor de un as de la aviación francesa— era un aparato de 57,93 metros de largo y 43,46 de ancho por 5,66 de altura. Pesaba 75 toneladas y alcanzaba una velocidad de crucero de 320 kilómetros por hora. Después de seis horas de vuelo desde Río, el avión llegó a Rocha. Luego de un fuerte estruendo, un motor cayó al vacío. Una de las tres palas de las hélices se introdujo en el fuselaje. El impacto causó la muerte del periodista brasileño del diario OGlobo, Pedro do Amaral Teixeira, y amputó ambas piernas al cineasta francés Georges Emile Ansel, quién falleció en un hospital de Montevideo.




El comandante Chatel y pasajeros, poco después de arribar. (Foto: Archivo El País)


El "regalo".
Dos semanas más tarde, tras cambiar de lugar un motor y quitar otro para equilibrar las alas, el hidroavión voló hacia Montevideo y luego continuó su ruta hacia Buenos Aires.
Antes de reanudar su viaje tras solucionar la pérdida de uno de motores, Chatel le entregó al padre de José Aldunate un tubo que contenía un chaleco salvavidas de fabricación alemana, con la mejor tecnología de la época.
"El comandante le dijo a mi padre: Le entrego este obsequio con mucho cariño, con mucho peligro. Y cuidado con quién habla sobre lo que contiene el tubo", relató Aldunate.El padre de Aldunate abrió el regalo del comandante francés. Observó que el chaleco salvavidas contenía un tubo de oxígeno insertado en los pliegues, y una boquilla para aspirar oxígeno. En el acople ubicado al lado de la llave de salida del oxígeno, se aprecia claramente, tallado en el hierro, la cruz svástica, según las fotografías brindadas por Aldunate a El País. Otra foto del chaleco muestra al dorso el sello de fábrica: "Schwimmweste (chaleco salvavidas, en alemán). Anferderz FL 30164-2". En la conversación, el comandante francés reveló al padre de Aldunate que el hidroavión trasladaba hacia el sur argentino a varios funcionarios alemanes del recién derrotado Tercer Reich, y un cargamento de oro, aseguró Aldunate. Maruri, ex piloto militar y civil, consultado al respecto por El País, quedó sorprendido por esta historia.
"¡Es imposible lo que me está contando! ¡El hidroavión fue enviado a América por el propio Charles de Gaulle!", héroe de la resistencia en la Segunda Guerra Mundial. Maruri, sin embargo, desconocía la existencia de estos documentos facilitados a El País por Aldunate.
Refugio. Un libro del periodista argentino Abel Basti señala que, después de la finalización de la guerra en 1945, hubo una fuga de jerarcas nazis hacia el sur argentino.
Ayer (Nota: por el 23 de marzo de 2015), el diario Clarín consignó que un equipo de arqueólogos de la Universidad de Buenos Aires (UBA) dijo haber descubierto edificaciones ocultas levantadas para albergar a enviados de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial.
Los investigadores encontraron varios objetos que indican que las construcciones se llevaron a cabo hacia la primera mitad de la década de 1940. Entre los hallazgos más trascendentes se cuentan monedas alemanas de entre 1938 y 1944 y porcelana alemana de aproximadamente esos mismos años. Los arqueólogo de la UBA creen que la jerarquía nazi nunca utilizó estos refugios porque cuando llegó a la Argentina se dio cuenta de que podía vivir en las ciudades, sin esconderse.


Artículo original: 
http://www.elpais.com.uy/informacion/titanic-aire-que-cayo-rocha.html



lunes, 29 de julio de 2013

Operación Exterminio

"Historias Lado B" inicia, con la publicación de este informe, una fructífera y productiva colaboración e intercambio de material con "Astrolabio del Tiempo". Desde ahora los dos sitios compartirán regularmente notas y artículos de interés en común que significarán sin lugar a dudas un importante valor agregado para los dos espacios dedicados a la investigación de la historia. 


“A través de la diseminación de tal terror toda disposición de resistencia entre el pueblo, será eliminada”
Adolf Hitler, diciembre de 1941.

El origen del mal.
Al finalizar la segunda guerra mundial, Europa había quedado desvastada. Las bombas arrasaron ciudades completas, dejando como testigos algunos muros, que alguna vez supieron ser edificios y casas. La miseria y el estupor acompañaron a los sobrevivientes; millones de personas habían muerto y otras tantas estaban desaparecidas pero el horror mas grande fue el descubrimiento de los numerosos campos de exterminio que los nazis habían instalado para lo que ellos llamaron la “solución final”.
Como muertos en vida los sobrevivientes de aquel holocausto caminaban atónitos detrás de las tropas aliadas que habian vencido a los nazis.
El mundo entero no era el mismo de siempre, el escenario político,económico y social daría un giro tan sorprendente y paradójico que las páginas de la historia seguirían horrorizándose muchas décadas más adelante.
La “bestia” no había muerto, por el contrario el mal seguiría haciendo de las suyas y contando con aliados que les facilitarían su accionar.
Las consecuencias de la guerra fueron numerosas, entre los aliados se encontraban las nuevas potencias que manejarían al mundo siguiendo un minucioso plan.
Como cuenta Carlos De Nápoli en su libro Nazis en el Sur; ”Los Estados Unidos en posesión de la bomba atómica y una economía cuya fortaleza no tenia parangón en la historia, buscaban finalizar cuanto antes la contienda en Europa y Oriente para comenzar a comercializar agresivamente su producción en los enormes mercados que ahora tenia a su disposición.
La Unión Soviética de Stalin, que había soportado años de ocupación nazi se debatía por obtener la mayor tajada posible de territorios europeos, por expandir su sistema político y, sobre todas las cosas, por conseguir salidas francas al Atlántico y al Mediterráneo. Con intereses dispares, desde mucho tiempo antes los Aliados eran un grupo de enemigos mortales unidos por un aparente enemigo común: Adolf Hitler.”
Como un ave fénix, los Estados Unidos de América, se levantaba entre tantos muertos y se hacía acreedor del poder económico de otras naciones y los Rusos por su parte no se quedaban atrás.
Se habían convertido en “aliados” por poco tiempo, ya que inmediatamente después de la guerra, se declararon fanáticos enemigos, y dividían al mundo en dos.

Estados Unidos, se puso a la cabeza y se convirtió en el “proveedor “y en el “ordenador”. Su plan se ejecutó rápidamente. En abril del año 1945, a pocos días de haber finalizado la guerra, los países vencedores decidieron en la Conferencia de San Francisco (en la ciudad estadounidense), la creación de un nuevo sistema de seguridad cuya pieza central fue la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Los objetivos de esta organización eran la defensa de los derechos de las personas, el mantenimiento de la paz, la libre determinación de los pueblos y el fomento de cooperación entre los pueblos.
Tres años después la ONU, redactaba la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyos postulados básicos eran el respeto por la vida, la libertad y la igualdad de las personas.
El mundo volvía lentamente a su lugar, creyendo que por fin había llegado la paz, pero lejos estaban de pensar que esos postulados iban a convertirse en poco tiempo en una hipócrita farsa.
A Estados Unidos lo que más le interesaba eran sus propios intereses y no dejaría que nada ni nadie les sacara el protagonismo de convertirse en una flamante potencia que había salido fortalecida tras el resultado de la guerra y la Unión Soviética, por su parte, también respondería a sus propios intereses.
La historia y los hechos se encargaron entonces de demostrar que lo que menos les interesaba era la libre determinación de los pueblos, el respeto por la vida, la libertad ni la igualdad de las personas.
Durante los primeros años de la postguerra se habían realizado numerosos acuerdos y pactos. Entre ellos varios países acordaron que entre noviembre de 1945 y octubre de 1946, se realizaría en la ciudad alemana de Nuremberg, un juicio para juzgar y castigar a los jerarcas nazis responsables del genocidio de tantos seres humanos pero no todos los jerarcas nazis fueron enjuiciados.
La lista de los nazis que huyeron y se aseguraron un buen exilio es enorme. El plan para su huida ya estaba pactado mucho tiempo antes de que finalizara la guerra mediante la “ Operación Odessa”.
El precio que debían pagar por la huída, era la colaboración y el pago de cuantiosas sumas de dinero a aquellos que irían a utilizar sus “servicios y conocimientos”.
Como aves de rapiña muchos países de América, se repartieron a los mas célebres cerebros del nazismo alentados en la mayoría de los casos por sus antiguas simpatías y colaboraciones con los nazis.

La colaboración.
La colaboración entre los nazis y los Estados Unidos para distintos “negocios”, operaciones de inteligencia y experimentos aberrantes datan de muchos años antes de que se desatara la segunda guerra mundial y sus conexiones están directamente relacionadas con el momento en que el partido nacionalsocialista alemán se enquistara en el poder.
Como bien lo ilustran Simon Dunstan y Gerrard Williams en su libro “Lobo Gris”, "Entre la plaga de nuevas leyes promulgadas en 1933, por el tercer Reich, estaba la ley para la esterilización obligatoria de las personas que sufrían “defectos mentales congénitos, esquizofrenia, psicosis maníaco-depresiva, epilepsia hereditaria y severos casos de alcoholismo”. Los alemanes no eran los únicos entusiastas de la pseudo ciencia de la eugenesia, que en las décadas de 1920 y 1934, contaba con amplio apoyo en toda Europa y en los Estados Unidos en beneficio de la “higiene racial”. Uno de sus defensores era John D. Rockefeller, el fundador de Standard Oil de Nueva Jersey, y fue su Fundación Rockefeller la que proveyó gran parte de los fondos al Kaiser Wilhelm Institute, la más prestigiosa escuela de Medicina de Alemania, para llevar a cabo estudios en “Antropología,eugenesia y herencia humana,bajo la dirección del psiquiatra suizo y ferviente nazi Ernst Rudin”.
La lista de colaboraciones entre ambos países fue numerosa, este es uno de los tantos ejemplos que puede ilustrar que a los Estados Unidos los unía algo mucho mas oscuro que intereses economicos con los nazis; los unía una vinculación mucho mas poderosa que traspasaba las fronteras y cuyo poder era mucho más fuerte que las decisiones futuras del gobierno estadounidense de colocarse en las tropas aliadas que derrocarían a los alemanes.
Esa posición fue una verdadera pantalla para encubrir los reales intereses del “verdadero poder” que comandaba al país del norte de América.
Cuando finalizó la segunda guerra mundial sin perder tiempo comenzaron a organizarse una nomina de operaciones para contar con la colaboración de aquellos que en teoría habían sido derrotados.
Una de las operaciones de inteligencia que se llevó a cabo para lograr la colaboración de los nazis con el gobierno estadounidense fue la operación Paperclip llamada anteriormente Operación Overcast. Se escogieron a los mejores científicos, médicos, militares e ideólogos nazis para que trabajaran con el gobierno estadounidense.
La nómina de operaciones para el reclutamiento de nazis llevados a cabo por la OSS, el CIC o Counter Intelligence Corps, servicio secreto norteamericano que funcionaba en Alemania y luego por la CIA, que habia sido fundada en 1947, fue numerosa.
La reclusión de nazis que serían utilizados para el asesoramiento y la organización de nuevos servicios de inteligencia fue realizada por el más secreto de los servicios secretos, la Stay-Behind.
Estos servicios fueron creados unos meses antes de la finalización de la segunda guerra mundial, y fueron los encargados de localizar a los agentes nazis dispersos después de la retirada del ejercito alemán.
Uno de los primeros reclutados mediante las redes del Stay-Behin fue el general Reinhald Gehlen, ex jefe del servicio de contrainteligencia en el Frente Oriental; Gehlen, fue considerado uno de los mayores espias durante la guerra fría y con el apoyo de los servicios de inteligencia de los Estados Unidos y de otros paises europeos organizó la “Organización Gehler”.
Aportó sus archivos y su red de contactos, y trabajó en una estrecha relación durante varios años con la CIA reclutando a su vez a antiguos colaboradores.
La lista de empleados nazis a la causa estadounidense fue en aumento. Se le daba asilo y protección a jerarcas nazis que pertenecían a los servicios de inteligencia alemanes, entre ellos la Gestapo (policía alemana) y los Abwher ,el servicio secreto alemán, que había estado desde 1935 hasta 1944 bajos las órdenes del legendario almirante Wilhelm Canaris, el mismo que había reactivado en el año 1927 la organización Ettapendiest y quien conocía perfectamente la Patagonia argentina.
Los norteamericanos, sabían además que los alemanes habían articulado a la perfección la gestión militar con la politica y articulado una estructura militar y otra paramilitar.
Esta estructura les serviría para detectar las gestiones Rusas e impedir y combatir el avance del comunismo avance que se concretaría unas décadas más tarde en Latinoamérica.
Tanto los ex jerarcas nazis como los estadounidenses tenÍan algo en común: “El avance del comunismo era comparable a la proliferación de una peste que podía expandirse y carcomer a una población”. Por lo tanto los estadounidenses se preparaban ante una probable guerra con la Unión Soviética y se apresuraba a contar en sus líneas de inteligencia a expertos espías y torturadores.
Entre los nazis que tuvieron directa relación con los servicios de inteligencia se encontraban Klaus Barbie , quien tendría un protagonismo fundamental unos años más tarde, Martin Borman; a quien los mismos nazis se reportaban a pesar de estar fuera de Alemania; Ante Pavelic,el genocida Croata que había huído por la ruta de las ratas hacia Austria, Erik Pribke y muchos otros que se habían “salvado” no casualmente de los juicios de Nuremberg.

El caso de Klaus Barbie merece una atención particular ya que fue uno de los nazis que tuvo mayor influencia en la creación de los servicios de inteligencia bolivianos y de varios países del Cono Sur.
Barbie fue reclutado por los estadounidenses en la primavera del año 1947. Su función era la de organizar redes de espionaje para los americanos.
Trabajaba bajo un sueldo fijo y con nombres distintos que iba cambiando según la ocasión. En el año 1950, la CIC decidió darle una nueva identidad y enviarlo junto a su esposa y sus dos hijos a un país lejano de America del Sur, se eligió a Bolivia.
Zarparon del puerto de Génova en marzo del año 1951 y tres semanas más tarde llegaban al puerto de Buenos Aires. Se hospedaron en el hotel El Dorado y luego se dirigieron por tren hacia la ciudad de La Paz, en Bolivia.
La participación de Barbie en la organización de los servicios secretos bolivianos fue crucial, a tal punto que para pasar inadvertido se empleo primero como mecánico hasta llegar a ser el primer gerente de Transmarítima Boliviana, la nueva línea de barcos mercantes, pero seguía bajo las ordenes y el control de la CIA. El ex jefe de la gestapo alemana, en Lyon permaneció “protegido” treinta y dos años. En todo ese período participo en la organización de los servicios de contrainsurgencia, nombrado en el año 1964 por el mismo general René Barrientos, quien lo nombró asesor del ejercito Boliviano en la especialidad de contrainsurgencia.
Tras el triunfo de la revolución Cubana pusieron en alerta a Barbie para extremar las medidas de seguridad y fortalecer a los grupos paramilitares que él mismo había armado en Bolivia y que eran llamados “Los novios de la muerte”, estos grupos paramilitares operaron en distintos países latinoamericanos y también se los conocío con el nombre de “Escuadrones de la muerte”.
La guerrilla del Che, fue combatida en suelo boliviano por el mismo ex jefe de la Gestapo asesorando en técnicas de represión, tortura y ejecución. Fué uno de los ideólogos que preparó a los servicios bolivianos para atrapar al Che, hecho que se produjo en 1969.
También asesoró a varios militares argentinos y chilenos en técnicas de contrainsurgencia que serían aplicadas en el Cono Sur a través del Operativo Cóndor.
Barbie no actuaba sólo, tuvo colaboración de otros militares que venían planeando un plan de exterminio que sería ejecutado en el Cono Sur. Entre ellos se encontraban militares argentinos.
Este fragmento extraído de una publicación de Gustavo Salazar Sánchez, quien fuera periodista y viceministro del interior de Bolivia da cuenta de ello:
“Don Klaus”controlaba también a otros grupos de neonazis que aparecieron en Bolivia en esa época.
Los terroristas cumplían las órdenes de su jefe, sin retroceder ante el asesinato a sangre fría. El trabajo político, a campaña de prensa, la infiltración en partidos políticos, en organizaciones obreras o religiosas, las actividades del cuerpo diplomático, todo cuanto tenía que ver con la vida misma de la nación era controlado por maleantes a las ordenes del ex jefe de la Gestapo de Lyon.
Los militares argentinos que participaron en la preparación de cuadros paramilitares en Bolivia no dudaron en ningún momento del éxito de su mision. Los coroneles Carlos Estrada y Julio César Durand, el teniente coronel Jorge P. Lynch,e l asesor especializado Mario Mingolla y otros se dedicaron pacientemente en el golpe de 1980 que llevó a García Meza al poder.
Los argentinos pretendían utilizar a Bolivia como traspatio para sus turbios manejos. Sería, pensaban un buen campo de experimentación para instaurar la política del neofascismo en el continente latinoamericano. Es en ese contexto que brillan los consejeros nazis, x soldados de la Gestapo, criminales que cometieron todo tipo de atrocidades en los países ocupados de Europa.
Alfredo Mignolla, quien trabajó estrechamente ligado a Barbie, aseguró que prestó servicios en Bolivia por cuenta del ejército argentino. También declaró que respondía a las instrucciones de la CIA. Anteriormente se había desempeñado en Guatemala, Honduras y Panamá. Fue entrenado en la Escuela de las Américas para la guerra sucia contra el comunismo. En varias oportunidades, entregó prisioneros al Brasil y a la Argentina.
El excarnicero de Lyon dirigió y ayudó apoyado por los Estados Unidos a la concreción de golpes militares que se fueron sucediendo. Uno de ellos fue el golpe perpetrado por el general Luis García Meza en julio de 1980. Barbie fue expulsado de Bolivia en febrero de 1983, tras largos años de “protección.
Como se ve, la colaboración de antiguos jerarcas nazis fue un hecho innegable de la historia latinoamericana.

La concreción de los planes.
El objetivo principal de los norteamericanos era impedir el avance comunista y proteger sus intereses económicos sobre todo en los países latinoamericanos que les servían para su beneficio propio.
Latinoamérica estaba inmersa en el marco de la guerra fría y el enemigo estaba dentro, por lo tanto era necesario comenzar a ejecutar un plan para impedir el avance del comunismo en esas latitudes. Ayudados entonces por antiguos jerarcas nazis, que también recibían instrucciones; organizaciones de ultraderecha e ideologias anticomunistas. A sólo un año de finalizada la segunda guerra mundial se creó el Instituto del Hemisferio Occidental para la cooperación en seguridad más conocido como la “Escuela de las Américas”; escuela que estuvo hasta el año 1984 en Panamá y luego fue transladada a Fort Benning, en Columbus, Georgia, Estados Unidos.
En esta escuela se entrenaban a militares, a colaboradores y a policías; el objetivo principal era impedir el avance de las ideologías de izquierda, fortalecer la paz y la seguridad, consolidar las democracias representativas, resolver de manera pacífica disputas y solidarizarse con la conducción de acciones militares ante cualquier agresión, pero la realidad distaba de estas consignas.
Las intenciones eran otras: ”Reprimir, combatir y ejecutar a todo enemigo que atentara contra los intereses políticos y económicos de los Estados Unidos y sus países satélites en cualquier parte del mundo y sobre todo en Latinoamérica.
En la escuela se los entrenaba militarmente se los adoctrinaba, se les enseñaban técnicas de contrainsurgencia, operaciones de comando, guerra psicológica, inteligencia militar y tácticas de interrogatorio.
Tras el triunfo de la revolución Cubana, en 1959, se impartieron con mayor severidad las clases ya que la amenaza comunista había pisado el suelo latinoamericano, por lo tanto el enemigo estaba cerca.
Estados Unidos, extremó las medidas de seguridad convirtiendo a la escuela en un centro de entrenamiento para las fuerzas latinoamericanas basando sus objetivos de represión y despolitización en la Doctrina de seguridad nacional.
Los cursos del Instituto del Hemisferio Occidental para la cooperación en seguridad, acrecentaron por lo tanto sus planes de estudio. Se dictaban clases en español para los alumnos latinoamericanos y se les repartían distintos manuales para su estudio.
Estos manuales eran : "Manejo de fuentes de información; Contrainteligencia; Guerra revolucionaria, guerrillas e ideología comunista; Terrorismo y guerrilla urbana, Interrogacion, Combate de inteligencia, Análisis de la inteligencia y un manual de tortura, el famoso Kubark, que consistía en técnicas para la interrogación que incluían la motivación por miedo, el uso del suero de la verdad (usado y experimentado por los nazis en los campos de concentración), la tortura por electrocución, la extorsión, y el secuestro y arresto de miembros de la familia del blanco.”
Todos estos manuales fueron usados en numerosos países y distribuídos por equipos de las fuerzas especiales de entrenamiento al personal militar y a las escuelas de inteligencia en El Salvador, Colombia, Chile, Argentina, Ecuador, Guatemala, Perú y Nicaragua.
La mayor parte de los militares latinoamericanos que perpetraron sucesivos golpes de estado fueron formados en esta escuela.
La lista es numerosa pero algunos de ellos son: General Manuel Noriega; responsable del gobierno militar en Panamá, colaborador de la CIA; el general Hugo Banzer, responsable del golpe militar de Bolivia en el año 1971, Elias Wessin, responsable del golpe militar dominicano llevado a cabo en 1963; el general Héctor Gramajo,e x ministro de Guatemala ; el general Roberto Eduardo Viola, responsable del golpe de estado de 1976, en argentina; Leopoldo Fortunato Galtieri, líder de los últimos años de la Junta militar argentina y responsable de la guerra de las Malvinas; Santiago Martin Rivas, agente de inteligencia que realizó asesinatos durante el gobierno de Alberto Fujimori por encargo de los Estados Unidos; Manuel Contreras, jefe de inteligencia de la DINA, servicio secreto de Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet; Ollanta Humala,ex militar peruano.

El Operativo Cóndor y los antecedentes del terror:
La revolución Cubana puso sobre aviso a los Estados Unidos de que una postura revolucionaria se diseminaría a varios países latinoamericanos. Los servicios de inteligencia ya habían detectado numerosas actividades de organizaciones armadas.
En el cono sur, proliferaban distintos movimientos de izquierda, muchos nacidos en el seno de gobiernos populares y otros en repudio a los golpes militares
Toda oposición, toda manifestacion y toda expresión de duda era sospechosa. Los servicios de inteligencia recibían permanentes alertas de infiltraciones de Cubanos y de Rusos al suelo sudamericano.
Se sabía que la mayoría de los guerrilleros se  entrenaban y recibían instrucción militar por expertos guerrilleros que habían actuado en distintas latitudes del planeta.
Fue necesario entonces organizarse y actuar. Los norteamericanos solventaron, apoyaron y alentaron distintos golpes de estado que no casualmente serían perpetrados por exalumnos de la “Escuela de las Americas “quienes habían recibido una estricta instrucción de como actuar contra lo que consideraban blancos subversivos.
Para aniquilar a toda organización de la izquierda revolucionaria contaban con expertos en exterminio, y espías infiltrados en las lineas de la guerrilla. Pero lo más sorprendente fue que el plan u Operativo Cóndor tuvo también una marcada influencia de los nazis. Los lineamientos generales para su elaboración y posterior ejecución se basaron en un decreto firmado por Adolf Hitler el 7 de diciembre del año 1941. Este decreto fue conocido como “Nacht Und Nebel” en español, “Noche y niebla”,o decreto NN. Hitler daba las directivas para la represión y la eliminación física de oponentes al régimen nazi. Todos los prisioneros eran tomados y deportados secretamente sin ningún rastro ni testimonio que dejara huellas. Eran detenidos y perseguidos durante la noche y se los identificaba con las letras NN. El mismo Hitler se encargaba de afirmar entre sus pares que la toma de estas medidas era necesaria ya que permitía la desaparición de los acusados sin dejar rastros. Ninguna información podía ser difundida con respecto a su paradero o su destino. Muchas de las víctimas procedían no sólo de Alemania sino también de Francia, Bélgica y Holanda.
En el cono Sur este decreto fue aplicado muchas décadas más tardes. El plan de exterminio y sus gestores respondían a los mismos lineamientos: ocultos y oscuros intereses se apoderaban una vez más y ejercían el poder y el control. En América del Sur, el control y la dominación se llamo “Sistema de inteligencia Cóndor” conocido como el “Plan Cóndor”, una red perfectamente organizada y trazada en donde intervenían Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil y Bolivia, países que eran perfectamente conocidos por los nazis, que les habían servido de refugio, de asilo y de protección desde la década del '30 y que no habían sido escogidos por casualidad sino que respondían a un plan mucho mas complejo que traspasaba las fronteras de los países ejecutores. Este operativo, fue planeado y puesto en marcha a partir de la década del '70. Para el año 1974 oficiales de seguridad de todos estos países se reunían en Buenos Aires para preparar acciones coordinadas en contra de los llamados blancos subversivos. Para diciembre de 1975, ya se había puesto en marcha y finalizado el "Operativo Independencia" en la selva Tucumana (el general Antonio Bussi quien regenteaba el operativo independencia era también un exalumno de la Escuela de las Américas).
Este operativo sirvió como antecedente directo del Operativo Cóndor y también había contado con el apoyo de los Estados Unidos para su ejecución. Los aviones que habían sido utilizados llevaban pintados sobre las banderas estadounidenses las escarapelas del ejército argentino.
Los servicios de inteligencia intercambiaban información sobre exiliados, agrupaciones y movimientos revolucionarios mientras armaban los campos de exterminio tal como lo habían hecho los nazis.Comenzó entonces a aplicarse el terrorismo de estado, todo sospechoso de actividades subversivas era secuestrado, llevado a los campos de concentración preparados para ello, se les aplicaban distintos métodos de tortura para sacarles informaciones, delataran a sus jefes y a otros compañeros y luego se los asesinaba “sin dejar rastros” se convertían así en desaparecidos o en “NN”. Eduardo Galeano decía en su libro “Las venas abiertas de América Latina”: "Para operar con eficacia la represión debe parecer arbitraria. Excepto la respiración, toda actividad humana puede constituir un delito. En Uruguay la tortura se aplica como sistema habitual de interrogatorio: cualquiera puede ser víctima, y no sólo los sospechosos y los culpables de actos de oposición. De esta manera se difunde el pánico de la tortura entre todos los ciudadanos, como un gas paralizante que invade cada casa y se mete en el alma de cada ciudadano. En Chile, la cacería dejó un saldo de miles de muertos, pero en Argentina no se fusila:s e secuestra. Las víctimas desaparecen. Los invisibles ejércitos de la noche realizan la tarea. No hay cadáveres, no hay responsables. Asi la matanza, siempre oficiosa, nunca oficial se realiza con mayor impunidad, y así se irradia con mayor potencia la angustia colectiva. Nadie rinde cuentas, nadie brinda explicaciones. Cada crimen es una dolorosa incertidumbre para los seres cercanos a la víctima y también una advertencia para todos los demás. El terrorismo de Estado se propone paralizar a la población por el miedo". Paradójicamente a las palabras volcadas en su libro por Galeano el mismo Adolf Hitler treinta y cuatro años antes, explicaba el objetivo de su decreto: “Una intimidación efectiva y duradera sólo se logra por penas de muerte o por medidas que mantengan a los familiares y a la población en la incertidumbre sobre la suerte del reo y por la misma razón, la entrega del cuerpo para su entierro en su lugar de origen, no es aconsejable, porque el lugar del entierro podrá ser utilizado para manifestaciones”.
Queda más que demostrado entonces que el mal no había muerto, por el contrario la “Operación Exterminio”  había sido llevada a cabo nuevamente con éxito, habían cambiado los personajes, los lugares, las situaciones pero la “orden” había sido nuevamente ejecutada: "A través de la diseminación de tal terror toda disposición de resistencia entre el pueblo, será eliminada”...

Por Andrea Ravalli
Astrolabio del Tiempo
www.astrolabiodeltiempo.com.ar/


Un agradecimiento muy especial a "Astrolabio del Tiempo" dado el intercambio de artículos y la mutua colaboración con "Historias Lado B".

Nota original:
http://www.astrolabiodeltiempo.com.ar/articulo.php?art=122

Bibliografía consultada:

Daniel Jonah Godhagen.”Los verdugos voluntarios de Hitler”,editorial Taurus,1997
Michael Burleigh.”El tercer Reich”,editorial Taurus
Simon Dunstan y Gerrard Williams.”Lobo gris”,la fuga de Hitler a la argentina-1 ed-Buenos Aires:Distal 2012
De Nápolis Carlos.”Nazis en el sur-1 ed-Buenos Aires:grupo editorial Norma,2005
Galeano Eduardo.”Las venas abiertas de América Latina-editorial Siglo veintiuno
Gustavo Sánchez Salazar y Elisabhet Reimann”Barbie,criminal hasta el fin”-editorial Legasa
Uki Goñi.”La auténtica Odessa:La fuga Nazi a la argentina de Perón”-editorial Paidós Ibérica-2002

Artículos:
Paredes Alejandro.”La operación Cóndor y la guerra fría”.Revista Universum nº19.